En los últimos años, las alergias en casa se han disparado. Es frecuente que padezcamos síntomas como congestión, picor de ojos o estornudos cuando entramos en nuestra casa. Aunque parezca extraño, el aire de espacios interiores como la oficina o nuestro hogar puede estar más contaminado que el aire del exterior. Padecer alergia dentro de casa es un trastorno que sufren cada vez más personas.
El polvo, los ácaros y el pelo de nuestras mascotas se encuentran en abundancia en las habitaciones, sobre todo en el dormitorio y, concretamente, en el colchón. Aunque mantengamos limpia de forma regular nuestra casa, es fundamental que higienicemos a fondo las fuentes donde se acumulan los alérgenos. ¿Qué produce la alergia en tu vivienda? ¿Cómo puedes mantener limpio el hogar? De todos estos aspectos, hablaremos a continuación.
Qué es la alergia y sus tipos.
La alergia es una reacción anómala de nuestro organismo ante sustancias que pueden ser inhaladas, ingeridas, inyectadas o que provienen de la picadura de insectos. La alergia produce una alteración de nuestro sistema inmunológico. La función del sistema es defender a nuestro organismo de invasiones externas e internas mediante anticuerpos. Por ello, las personas alérgicas experimentan reacciones exageradas ante determinadas sustancias que son nocivas para ellas, pero inofensivas para el resto de la gente. El contacto con las sustancias alérgenas les produce alteraciones que inflaman la piel y las mucosas y se manifiestan de distintos modos. Las alergias de interior son de las más comunes. Entre estas, puedes encontrar las siguientes.
Polvo y ácaros del polvo, se pueden evitar con un robot aspirador
La causa más habitual de alergia en los espacios interiores son los ácaros del polvo. Aunque no podamos verlos, estos ácaros son un habitante más de nuestro hogar. Se trata de organismos microscópicos que viven en todas las casas. Sus lugares favoritos para multiplicarse son espacios cálidos y húmedos como la ropa de cama, almohadas y colchones. Se alimentan de las células muertas de piel que desprenden nuestros cuerpos. El polvo que se acumula en casa se compone de fibras de tejido, ácaros del polvo y polen. La alergia que desarrollamos a estos seres es, en realidad, una reacción hipersensible a las proteínas que están presentes en las partículas fecales de los ácaros.
Respirar estas proteínas nos puede generar reacciones alérgicas que se traducen en rinitis, asma o conjuntivitis.
Alergia al moho
El moho es un alérgeno que vive de manera frecuente en los exteriores, pero también podemos encontrarlo en áreas húmedas del interior de nuestras viviendas. Sus esporas se desplazan por el aire y, cuando las inhalamos, nos causan las reacciones alérgicas. Entre las reacciones más habituales, están el asma y otras afecciones respiratorias. Los niveles máximos de crecimiento y acumulación del moho se dan desde finales de verano hasta otoño y dependen de la humedad de cada zona. Al igual que los ácaros, al moho le encanta la humedad y la oscuridad.
Dentro de casa, el moho suele proliferar en los filtros del aire acondicionado y en los humidificadores, lo que lo ayuda a dispersarse más rápido por toda la casa.
Alergias a mascotas
En realidad, la alergia a las mascotas no se debe al pelo de los animales, como se cree habitualmente. Los alérgenos que las mascotas producen son las células muertas de piel que caen regularmente durante la muda. Estas células se quedan adheridas al pelaje, como también lo hace la saliva cuando los animales se asean. La saliva se seca y se desplaza con facilidad a través del aire, lo que provoca que las personas la inhalen.
Alergia al polen
La alergia al polen es uno de los casos más habituales. Cuando nuestro organismo entra en contacto con el polen, activa las defensas y aparecen los síntomas conocidos como “fiebre del heno”. El polen es un polvo fino que se genera en el estambre de las flores con el propósito de fertilizar otras plantas. Como es muy pequeño y ligero, queda suspendido en el aire, puede diseminarse con la ayuda del viento y recorrer largas distancias. Los meses de mayor abundancia de polen están entre la primavera y el otoño.
Cómo mantener a raya las alergias en nuestra casa con un aspirador escoba.
La manera más eficaz de prevenir las alergias es evitar entrar en contacto con el alérgeno. Sin embargo, el polvo doméstico está presente casi de manera permanente, aun en los hogares más limpios. Limpiar con aspiradoras a diario es una de las mejores soluciones.
Debemos tener siempre nuestra casa lo más limpia que podamos. Para ello, es recomendable utilizar un robot aspirador Tidy Random o un aspirador escoba Rider Pro con filtro HEPA, que captura partículas microscópicas.
Limpiar a fondo el polvo de tus muebles es otra medida muy recomendable. Es mejor que uses un paño húmedo para evitar la aparición de los ácaros.
Ya hemos mencionado que la humedad es un factor clave en la aparición de los ácaros y moho. Lo ideal es que nuestro hogar mantenga una humedad ambiental de entre el 50 % y el 60 %. Cuando la cantidad de humedad es elevada, es aconsejable utilizar un deshumidificador para nivelarla. También puedes regular la humedad utilizando el aire acondicionado.
Si tenemos mascotas, debemos mantenerlas alejadas y fuera del dormitorio. Podemos emplear una aspiradora de mano para limpiar a fondo sofás y otras superficies donde se sientan nuestras mascotas.
Las alfombras y moquetas son nidos de ácaros. Si padecemos alergias, es mejor que nos deshagamos de ellas. O podemos comprarlas lavables. Lo mismo para los peluches y otros elementos con fibras.
Respecto a la ropa de cama, es importante utilizar fundas antialérgicas para el colchón y almohadas. Debemos lavar semanalmente la ropa de cama a más de sesenta grados. Es mejor usar almohadas de poliéster y mantas lavables.
Es recomendable realizar la limpieza de las duchas y baños con productos que contengan lejía. De la misma forma que recomendamos no tener alfombras, si tenemos en casa cortinas o estores, es mejor que estos sean lavables. Tampoco es conveniente tener plantas de interior.
Estas son recomendaciones para mantener a raya la alergia en casa. Lavar de manera regular la ropa de cama y ventilar a diario los dormitorios es fundamental. La limpieza es clave para que nuestras viviendas estén libres de ácaros y polvo.