Los expertos coinciden en que este verano será uno de los más calurosos de todos los tiempos, no solo en nuestro país, sino en el mundo entero. El culpable principal, como sabemos, es el calentamiento global, aunque hay otros que también tienen cierto peso. Sea como sea, estas temperaturas traen consigo algunos problemas, como el golpe de calor, el cual debemos prevenir antes de lamentar sus consecuencias. En este artículo te explicaremos en qué consiste este, cuándo ocurre, qué síntomas puedes tener cuando se presenta uno y, por supuesto, qué puedes hacer para evitarlo. ¿Nos acompañas?
Qué es el golpe de calor
Hablamos de esta lesión cuando la temperatura corporal sobrepasa los 40 grados durante un tiempo prolongado. Es más frecuente en verano, cuando las temperaturas son más altas, y más común en niños y adultos mayores, además de personas con ciertas patologías crónicas o con sobrepeso.
Este problema surge cuando llevamos a cabo algún esfuerzo físico de manera prolongada a altas temperaturas y cuando estamos mucho tiempo expuestos al calor. En condiciones regulares, el cuerpo es capaz de controlar la temperatura a ciertos grados. Cuando acontecen golpes de calor, los mecanismos termorreguladores del cuerpo dejan de funcionar correctamente y este, acostumbrado a recuperar siempre la temperatura normal, no lo logra.
A veces, este término se menciona de manera somera, pero puede resultar peligroso y amenazar la vida, especialmente cuando las medidas para paliar sus efectos no se aplican de manera óptima. Para mejorar la salud ante uno de ellos, es importante recuperar la temperatura corporal normal. ¿Cómo? De forma progresiva, nunca bruscamente. Algunas de las recomendaciones son:
- Buscar algún lugar con sombra, preferiblemente donde corra un poco la brisa y el ambiente esté algo más fresco.
- Quitarnos la ropa y refrescar la piel con toallitas o paños húmedos, de modo gradual. Hacerlo primero en la frente, la nuca y el cuello, y posteriormente, en el resto del cuerpo.
- Beber agua fresca (no fría) para que el cuerpo se rehidrate. No hay que hacerlo de golpe, sino en sorbos pequeños.
- Estos primeros pasos son relevantes para recuperarnos un poco. Sin embargo, lo ideal es ir a un servicio médico de urgencias para que nos realicen una verificación profunda. Es mejor no hacerlo solos. Después, deberemos hacer revisiones durante unos días hasta que nuestra temperatura se regule mejor.
- En caso de que no nos recuperemos, podemos tumbarnos y poner las piernas flexionadas mientras los servicios médicos nos socorren.
Síntomas de los golpes de calor
Hay algunos síntomas claves para saber que estamos sufriendo uno. Todos ellos son sencillos de ver, aunque en algunos casos, estos pueden confundirse con otras patologías. Recomendamos siempre acudir con un médico:
- Incremento de la temperatura hasta los 40 grados y que esta no sea resultado de un proceso viral.
- Sudoración excesiva.
- Piel seca, enrojecida y muy caliente.
- Pulso acelerado.
- Mareos prolongados o principio de cierta confusión mental.
- Sequedad en la boca y mucha sed.
- Sensación de tener calor sofocante.
- Vértigo.
- Calambres musculares.
- Agitación del cuerpo.
- Dolor de estómago o, incluso, falta de apetito.
- Sensación de opresión o latidos en la cabeza, acompañados de dolor general.
- En los bebés que están sufriendo una insolación, los síntomas pueden ser también la piel irritada, especialmente en el pecho, el codo, la zona del pañal o las axilas, además de un llanto inconsolable y mucha irritabilidad.
¿Cómo evitar los golpes de calor?
Muchas personas preguntan si se pueden prevenir y la respuesta es sí. ¿Cómo? A continuación, te dejamos una serie de medidas eficaces para evitarlos:
- Medidas generales: podrás contemplar como imprescindibles beber mucha agua, para estar siempre hidratados, y zumos de frutas, que te aporten vitaminas y otras sustancias básicas para el funcionamiento óptimo del cuerpo. También, evitar tomar alcohol o bebidas que tengan cafeína, especialmente si vas a estar expuesto durante mucho tiempo al sol, y comidas calóricas, con mucha grasa y muy calientes. No te olvides de refrescarte continuamente con toallas húmedas y realizar duchas periódicas.
- Medidas en casa o en sitios cerrados: utiliza las habitaciones frescas de la casa para dormir, usa ventiladores durante la noche y el tiempo que estés en los cuartos y trata de cerrar las persianas o las cortinas durante el día. Por otra parte, recuerda abrir las ventanas para que la casa se refresque e inclínate a hacer actividades en lugares con fuerte climatización, como centros comerciales o cines, por ejemplo.
- Prevención al aire libre: evita que te dé el sol de manera directa, es decir, debes tratar de pasar el máximo tiempo posible a la sombra o en sitios donde corra el aire. También intentar llevar ropa ligera, ancha, con colores neutros y de algodón, a ser posible, y colócate una gorra siempre que puedas. Ponte debajo de una sombrilla, si estás en la playa, no hagas deporte o actividades al aire libre, entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde, hidrátate de forma constante y mójate un poco la cara de vez en cuando.
- Medidas para los más vulnerables: tomar medicación regularmente y tener contacto continuo con el médico.
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Ya lo sabes, un golpe de calor no es cualquier cosa y no hay que tomarlo a la ligera. Sigue los consejos que te traemos en este artículo y no olvides consultar con un médico si no estás seguro de los síntomas o quieres más información sobre estos.