Mientras cocinamos, podemos usar diferentes tipos de aceite según la clase de receta o cómo vayamos a elaborar una preparación. El mundo de los aceites es amplio, ya que podemos obtenerlos de muchos vegetales. Pero ¿son todos beneficiosos para la salud humana? Lo cierto es que, aunque veamos todos los aceites juntos, no son exactamente iguales. Es importante conocerlos para generar platos sanos y sabrosos en nuestra cocina sin introducir elementos perjudiciales. A continuación, te vamos a mostrar las diferencias entre los principales aceites y cuál es más adecuado en cada momento.
¿Cómo se clasifican los aceites de cocina?
Una clasificación inicial de los aceites nos permite diferenciarlos según el tipo de grasas que los componen. En este sentido, podemos encontrar los siguientes.
- Aceites de grasas saturadas: Son los más perjudiciales. Aumentan los niveles de colesterol dañino en la sangre. Propician la aparición de enfermedades cardiovasculares si abusamos de ellos. En este grupo, encontraremos el aceite de coco y el de palma, habitualmente utilizados en la pastelería y bollería.
- Aceites de grasas monoinsaturadas: Están formados por un único enlace de carbono no saturado. Habitualmente, proceden del mundo vegetal. Este tipo de grasas tienen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, ayudan en la reducción del colesterol dañino y controlan la tensión arterial. Son muy beneficiosas para el cuerpo humano. Los aceites más habituales que entran en esta categoría son el aceite de oliva, el de cártamo alto oleico y el de aguacate.
- Aceites de grasas poliinsaturadas: Están formados por moléculas con más de un enlace de carbono no saturado. Si los consumimos con moderación, aportan beneficios para nuestro organismo. Dentro de esta categoría, encontramos el aceite de soja, el aceite de maíz y el de girasol.
- Aceites de grasas trans: Para producirlos, los fabricantes combinan aceites líquidos con grasas en estado sólido, como la margarina o la mantequilla. Aumentan los niveles de colesterol perjudicial (LDL) y disminuyen la presencia del colesterol beneficioso (HDL). Podemos encontrarlos en las mantequillas y margarinas, por lo que no es bueno usarlas para cocinar.
5 aceites para los que no tienen ni idea de aceites
Como puedes ver, la variedad de aceites es enorme. Pero si no quieres complicarte la vida, te sugerimos cinco aceites super sanos, que cubrirán todas las necesidades de tu cocina.
- Aceite de oliva virgen extra: El famoso AOVE es aceite puro de aceituna. Tiene todo un compendio de propiedades beneficiosas para la salud y un magnífico olor y sabor. Puedes utilizarlo para cocinar, pero si tienes que reservarlo, hazlo para aliñar ensaladas o comerlo en crudo sobre trozo de pan tostado.
- Aceite de girasol alto oleico: Soporta altas temperaturas, hasta 200 grados, sin deteriorarse. También es un poderoso aliado de tu salud. Tiene propiedades antioxidantes y afectará positivamente al estado de tu piel. A nivel cardiovascular, también protege el corazón. Su sabor y olor neutros lo hacen ideal para la repostería o para freír comida. Es bastante más asequible que el AOVE.
- Aceite de canola: Se obtiene de semillas de colza seleccionadas. No es un buen aceite para freír. Es más adecuado para tomarlo en frío. Su bajo contenido en grasas saturadas y sus niveles altos de ácidos grasos monoinsaturados lo hacen compatible con cualquier dieta. Además, tiene propiedades antiinflamatorias y potencia la salud cardiovascular.
- Aceite de arroz: Es extraído del germen y la cáscara del arroz. Es un aceite con un sabor muy suave. Es ideal para preparar productos de repostería o para las recetas más sutiles. Previene enfermedades infecciosas y es muy bueno para mantener unos niveles de colesterol correctos. Ayuda en los procesos de alergias o asmáticos y regenera la piel a nivel celular.
- Aceite de cártamo: Tiene un sabor y olor neutros. Es perfecto para cocinar a altas temperaturas, ya que soporta hasta 240 grados sin perder sus propiedades. Tiene un alto contenido en vitamina E y propiedades antioxidantes, así que tu salud celular y tu piel se beneficiarán de él.
¿Cuál es el mejor aceite para freír?
Ha llegado el momento de decidir cuál va a ser nuestro aceite para los fritos, y ya vemos que no es fácil dada la alta variedad existente. Un factor que debemos tener en cuenta al hacer nuestra elección es el punto de humo; esto es cuándo el aceite comienza a evaporarse. Justo en este momento, el aceite empieza a deteriorarse. La temperatura a la que sucede depende un poco de las propiedades fisicoquímicas de cada aceite. Entre los que tienen un punto de humo más alto, encontramos el aceite de oliva virgen extra de baja acidez (210 °C) y el aceite de girasol alto oleico (232 °C). Ambos son excelentes y soportan perfectamente las altas temperaturas de la fritura. El AOVE, que tiene un mayor precio, aporta todo su poder antioxidante y reparador; mientras que el aceite de girasol, con menos sabor y olor, puede ofrecer una fritura más neutra.
¿Qué aceite utilizar en una freidora de aire?
Lo maravilloso de una freidora de aire es que no nos tenemos que preocupar de que el aceite que usemos sea bajo en calorías. Simplemente, apenas se usa aceite en este aparato. Tendremos muy pocas calorías, aparte de las que aporte el alimento a cocinar. Las freidoras sin aceite son un avanzado ejemplo de esta revolucionaria tecnología. Consiguen un resultado similar al de la inmersión en aceite caliente, pero únicamente hacen circular aire muy caliente entre los alimentos. El resultado final es una comida frita sin ninguna de las inevitables grasas que aporta el aceite. El secreto es la circulación del aire. A diferencia de un horno, una freidora sin aceite mueve el aire gracias a unos ventiladores situados en su interior. El aceite solo se usa a nivel testimonial y se pulveriza sobre los alimentos que carecen de grasas (como las patatas o pechugas) para evitar que se peguen. Dada la poca cantidad de aceite necesaria, lo ideal sería utilizar un buen aceite de oliva extra de baja acidez.
Esperamos que conocer los distintos tipos de aceite te ayude a utilizar el más adecuado para ti y tu manera de cocinar. Y si quieres freír sin aceites, recuerda que existe un fascinante modo de hacerlo.
